Para Manuel Pazos, portavoz socialista: “Los proveedores del ayuntamiento, en la mayoría pequeñas empresas y muchas de ellas de Marín, están pagando la mala gestión económica del gobierno de María Ramallo por falta de dinero suficiente en gran parte de las partidas económicas.
No deja de ser curioso que mientras hay problemas económicos para pagar a proveedores que van a ver cómo sus facturas se pagan a 120 días o incluso 180, el gobierno local no han tenido ningún problema para subirse el sueldo y en tener así a una alcaldesa que cobra más que Pedro Sánchez”
En el pasado pleno los socialistas preguntaron al gobierno local cuándo iban a cobrar los proveedores de Marín que tenían sus facturas pendientes de pago, alguna de ellas llevan ya más de 100 días esperando para ser cobradas. Conviene recordar que la Ley Orgánica 9/2013 de control de la deuda comercial en el sector público, establece un retraso máximo de 30 días, que como se ve está siendo ampliamente superado.
A este respecto conviene recordar que en el mes de octubre el gobierno local tramitó un expediente de suplemento de crédito para intentar pagar los cientos de facturas que están pendientes de abono por falta de crédito. Una medida que ya el propio servicio de Intervención calificaba de insuficiente y alertando que seguirían existiendo numerosas facturas sin pagar
Lo que se informó por parte de María Ramallo es que el dinero necesario para pagar las facturas
no estará disponible, en el mejor de los casos, hasta finales de este mes de noviembre y que por tanto muchas de estas facturas serán abonadas con más de 120 días de retraso.
Sin embargo lo más preocupante es que habrá otros casos donde la situación no se resuelva hasta probamente el mes de marzo del próximo año porque seguirá siendo insuficiente el incremento económico que se tramitó. En esos casos los retrasos llegarán a superar los 180 días, lo que podrá dar lugar incluso a reclamaciones del abono de intereses de demora.
Lo que lamentamos es que al final son los proveedores los que están pagando los platos rotos del gobierno local de María Ramallo, la alcaldesa que cobra más que Pedro Sánchez.
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