Según Manuel Pazos, portavoz socialista: «Qué lejos quedaron aquellos tiempos en que el gobierno local estimaba el coste del auditorio en 2 millones de euros. Esta semana lo han vuelto a incrementarlo en 415.000€, y ya estamos en los 5,8 millones de euros. Y lo peor de todo, que nos tememos que no será la última subida”
Cuando se firmó en 2021 el convenio entre el Concello de Marín y la Xunta de Galicia se indicaba textualmente: “A inversiónprevista no proxecto de obras é superior da que estabainicialmente contemplada no momento da elaboración daestratexia Marín DUSI, que era de 2.000.000€”.
Desde esa primera previsión de 2 millones de euros, hemos pasado a 4 millones al realizar el anteproyecto. Luego a 4,3 millones al tener que modificar el acero empleado en la fachada. Posteriormente se ha tenido que subir hasta los 5,4 millones de euros tras abandonar la empresa adjudicataria de las obras. Ahora por último se ha elevado hasta los 5,8 millones de euros alencontrar agua en el subsuelo.
Estamos hablando de una obra que prácticamente triplicó la estimación de coste inicial que barajaba la Sra. Ramallo, y lo que es peor, que nos tememos que no será la última vez.
En esta ocasión el incremento se debe a la modificación del sistema de cimentación que se ha tenido que realizar por dos motivos principales. Uno por encontrar agua en el subsuelo a una cota menor a la prevista, lo que ha generado mofas de todo tipo entre los marinenses. Y el otro al no haber detectado un antigua escollera que ya era visible en las fotos aéreas de Marín de 1957.
Estas dos chapuzas nos ha obligado a rehacer el proyecto, teniendo que renunciar al parking en el edificio y aún por encima a encarecerse en 415.000€. Es decir, tenemos un edificio con menos servicio y más caro.
Lo más curioso es que la necesidad de modificar el presupuesto de la obra se sabe desde marzo de 2023, pero hace tan solo seis meses se estimaba en 290.000 €el coste de dicha modificación. Ahora sabemos que finalmente costará se conocía desde el mes de marzo de 415.000€. Y así llevamos desde el principio de este proceso, encareciéndose contantemente el coste de la obra y terminando de paso con la paciencia de los marinenses.
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